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sábado, 6 de marzo de 2010

SUITE PRESIDENCIAL

A estas alturas casi nos hemos acostumbrado a que esta es una revolución sin juicios ni tribunales populares, paredones ni horcas, ni siquiera una pena de 100 o más años; medio mojigata nuestra revolución, pero bueno, parafraseando el canto de Puebla: es nuestra revolución. Así sea.
La nostalgia viene a colación por algo leído en la prensa local, acá en la isla de Margarita: “Vivía en una suite presidencial…” y el comentario se refiere al señor Carlos Farfán, quien es o era el gerente del recién adquirido por la revolución, Hotel Macanao (antes Hilton).
No sé si será verdad, espero que no. Pero de ser cierto lo que se dice, y sin entrar en detalles de que si es mal gerente y el hotel está mal o que trata peor al personal, etcétera, lo que de verdad me preocupa, es lo de la suite. ¿De verdad vive o vivía Carlos Farfán en una suite presidencial del Hotel Macanao? No exagero si digo que me parece grave, terriblemente grave, la debilidad de este funcionario por la fastuosidad que significa yacer en semejante lugar, y no me refiero a pernoctar una vez en la lujosa alcoba, que podría parecer más una curiosidad que una debilidad, me refiero y digo: vivir ahí. Éste sólo hecho, debería ser motivo de preocupación para quienes creen dentro del PSUV que la ideología es importante, o sirve para algo.
Ése mismo alguien (u otro, pues, no importa quien lo haga), debe definitivamente acabar con esto, y no me refiero a ponerle el cascabel al gato, digo meterle una pedrada, pero una soberana pedrada entre las costillas o en la cabezota. No podemos seguir lanzando esta revolución por el despeñadero de la guerra civil o la masacre de un pueblo (ambas cosas lo mismo) en manos de unas hienas que están al acecho para clavar sus garras en el curtido pellejo de este pueblo que por primer vez obtiene un poco de lo mucho que le han quitado, y no venga alguien a decirme que vivir en una suite presidencial es parte de eso, no me jodan, eso no es. Y si no me creen, pregúntenle a ese mismo pueblo si prefiere vivir en una comunidad limpia, con servicios básicos, en una casa digna y aseada, con sus muchachos y familia o caminar como loro en mosaico en una suite de estas donde al parecer vive el funcionario de la revolución, Carlos Farfán.
Aunque la nota habla de otras cosas y hasta de una posible destitución del revolucionario de marras, no me importa, porque seguro tendrá algún amigo que lo pondrá al frente de otra suite en menos de lo que un Consejo Comunal logra su habilitación legal. Así pasa, así ha pasado y espero que no siga pasando, espero que alguien agarre una guaratara y se la explote de la cabeza a todos los farfanes de este proceso.

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